La importancia de lo que cuentas y cómo lo cuentas
En el mundo de las marcas, no solo importa lo que cuentas, sino cómo lo cuentas.
Recientemente, ocurrió algo curioso en nuestro estudio. En Vibra tenemos dos placas antes de acceder al estudio. La primera es racional y directa, explicando claramente a qué nos dedicamos: diseño de marcas, packaging y comunicación. Un mensaje directo y al pie.
Pero justo antes de acceder al espacio, hay una segunda placa junto a la puerta que comunica lo mismo, pero de una manera diferente. La frase que acompaña a nuestro logo en esta ocasión es “La estética del pensamiento”. Es más filosófica, invita a la interpretación y a reflexionar sobre nuestro propósito de marca. Queremos transmitir que nuestro trabajo implica pensar antes de diseñar, trabajar profundamente en la propuesta de valor de los productos o servicios que comunicamos, resultando en una marca, producto o pieza de comunicación sólida y bien pensada.
La anécdota que motiva este post ocurrió hace unos meses. Un mensajero vino a entregar un paquete, pero al no encontrarse nadie en el estudio, me llamó. Mi sorpresa fue cuando me dijo: “Soy el mensajero, traigo un paquete” y al preguntarle si estaba en la puerta, respondió: “Sí, estoy en la puerta de la clínica estética”. Después de unas risas, le pedí que llamara al vecino para recoger el paquete.
La conclusión es clara: la gente a menudo no lee ni piensa detenidamente. Esto ya lo mencionaba Jung en su estudio sobre los arquetipos. También puede ser que nuestra frase filosófica no se entienda fácilmente, o que el mensajero no sea nuestro público objetivo. De cualquier forma, vamos a retomar una frase que utilizábamos hace algunos años, una expresión que nos recomendó Augusto Leiva en su canal Comisuras mientras reflexionábamos sobre el diseño gráfico en el canal horeca.
Esta frase, aunque no será clara para todos, expresa bien lo que hacemos y nos sentimos plenamente identificados con ella: “Hacemos tangible lo intangible”. Esto significa que diseñamos propuestas de valor concretas y significativas, para después trabajar su identidad visual.
En fin, la narrativa, como todo en el diseño, importa.