Los adjetivos de una marca tienen que ver con los atributos. Si importante son los valores que tienen que ver con el posicionamiento que tienes en la categoría que compites, los atributos tienen que ayudarte y mucho a conseguirlo.
Recientemente en una máquina de vending compré un café, era una sala de espera y me llamó la atención que en el panel de pedido había dos columnas con los mismos productos pero con una (gran) diferencia, los de la derecha llevaban el apellido premium y por supuesto tenían un coste mayor a sus productos vecinos de la izquierda, hablamos de unos céntimos, entre 20/30. Pero no es lo mismo un cortado normal que uno premium, y frente a una barrera tan baja de coste (por un poco más) la decisión de compra parece llevarnos obligatoriamente a seleccionar la opción premium. ¿Qué es mejor si estas esperando? ¿tomarte un buen café o uno “normal”?.
En el caso de la máquina vending parece claro pero esto se puede extrapolar a cualquier servicio o producto del mercado.
Es igual de importante conocer los atributos del producto como los valores de la marca que le respalda. Hablamos de generar confianza, saber qué estás comprando algo que además de aportarte una solución o servicio va a responder a lo que dice.
De ahí que es importante definir tu propósito, propuesta de valor y posicionamiento, pero también aquellos adjetivos que podemos comunicar. Teniendo siempre en cuenta que sean ciertos para no caer en la insatisfacción de la audiencia a la que nos dirigimos.
Los adjetivos no necesariamente tienen que ser palabras, pueden ser frases que definan como eres, que ofreces, como actúas, etc. Y esto se puede trasladar a un claim de marca que como hemos dicho al principio no sólo nos defina, también nos posicione. En el caso de Vibra el claim que usamos es La estética del pensamiento, que proviene de un diseño consciente donde junto al cliente trabajamos primero un manifiesto de marca o una definición del producto para trasladar mediante creatividad lo que ofrecemos a sus destinatarios, el público objetivo.
En fin. ¿Café normal o café premium? Piensa en que vendes y cómo lo vendes.