El objetivo de una marca es vender, pero lo que no se ve, no se ve vende, igual que la marca que no transmite, tampoco vende. Ni digital ni offline ni nada, las marcas son lo que significan para los demás, así de tajantes andamos hoy.
Muchas marcas hacen camino al andar, fraseando a Antonio Machado, otras antes de hacerlo piensan donde quieren llegar, buscan una posición ante los demás, éste siempre será el propósito de quién escribe, pero todas con objetivos o no, tienen que ser lo que son, ni más ni menos, ni mejores ni peores, las marcas tienen que ser auténticas.
Cierto es que a la hora de salir a venderte seguro que te pones el mejor traje posible, como en la vida real, las personas (y las marcas) dicen lo que son a su modo de ver/entender que es lo mejor para ellos. En una entrevista de trabajo no te lanzas piedras a ti mismo, al contrario, dirás aquello que consideres deberían conocer de ti para lograr el puesto, del mismo modo que cuándo quieres conquistar a alguien le dices aquello que crees le puede gustar. Pero después, tarde o temprano saldrá si es verdad. Por eso tener un objetivo puede ayudarte a comunicar mejor quien eres y por qué deben escogerte, transmitir autenticidad.
Resumiendo, las marcas deben ser honestas, transparentes, pero con objetivos que vayan más allá de ganar dinero. Deben moverse por motivaciones y creencias, deben estar alineados a perseguir una visión, algo que inspire y sea el foco al que dirigirse. Esto ayudará realmente a mostrar quién eres. La gente no compra una marca por el producto / precio que ofreces, lo compra por razones que van desde la confianza a sus propósitos, al por qué haces lo que haces.
En fin, trabajar el objetivo, ayudará al posicionamiento y notoriedad de tu marca.